Un Viaje por la Maquina del Tiempo

(Viernes 4 de junio de 2010)

Viajar en Taca, es como viajar en la Maquina del Tiempo, y es que llegar a la Habana es como llegar a los años 40 o 50, es la sensación que te da la ciudad…. Pero espérate… déjenme hacerles la historia desde el principio, por que me estoy saltando muchos datos importantes del viaje.

El trayecto desde Santo Domingo a San José de Costa Rica estuvo de lo mas calmado, Ros y yo nos sentamos juntas, y nos pasamos el trayecto echando cuentos, mientras que Andrés dormía. Dentro de las discusiones que teníamos era si nos iba a dar tiempo para pasear en taxi por Costa Rica. Pero a pesar de explicarle a Ros que eso era imposible ella se empeñaba en que tenía que tomar fotos de San José, y que no podía llegar a Santo Domingo sin esas fotos. Y aquí es que viene el cuento…. Ros me había dicho que tuvo que hacerle un cuento a su Padre, por que para el Don, Cuba todavía era Soviética, y fabricaba armas nucleares, y le dijo: "Papi, mira, este fin de semana voy para Costa Rica, pero voy a dar un saltico a Cuba para ver como es, pero no te preocupes que voy andar con Andrés y Vicky, ellos tienen que llegar hasta Cuba para un asunto"… OSEA?? Jajajaja… ese afán de tomar fotos se le fue cuando le dije que solo teníamos media hora en el aeropuerto de Costa Rica. Tuvo que tomar todas las fotos desde el avión, cuando aterrizamos, y luego al despegar.

Desde San José de Costa Rica hasta la Habana, Cuba. Los tres sentados uno al lado del otro, echando cuentos… y luego de dos horas, al fin llegamos a Cuba!! Y aquí es donde comienza lo bueno!!! Una aeropuerto precario, pero limpio.

Al llegar a inmigración nos dimos cuenta que aunque andábamos en grupo no podíamos estar con el oficial de inmigración los tres juntos, solo uno a uno. Aparentemente, para los cubanos recibir un grupo de tres personas, dos dominicanos, y un colombiano, no es muy común, así que mandaron a buscar a los supervisores para que nos hicieran la pregunta mas importante para ellos "Cual es el motivo de su visita?", "De donde son?" (Esto con el pasaporte en la mano, la verdad que nunca he entendido esta pregunta… Hello??)

Uno por uno paso por inmigración, luego por seguridad, luego a buscar las maletas, y luego por aduana. Pero, en inmigración al colombiano avisposo, como cariñosamente le digo, le quitaron el pasaporte! Y es que los colombianos están peor que los dominicanos… Así que nos paramos a un lado para esperar que le entregaran el pasaporte a Andrés. Pero en ese mismo momento un guardia de seguridad nos llama la atención y nos dice en voz firme y medio de mal humor, que salgamos a esperar afuera!! Tardamos una media hora hasta volver a ver al avisposo. Mientras yo me sentaba calmadamente, Ros buscaba con desespero un teléfono para llamar a su padre, misión imposible allá en cuba!!! Roaming? Que es eso?? Teléfono público? Si encuentras uno que sirva eres Houdini… pero si encuentras uno que sirva y de paso sabes como usarlo, entonces eres Einstein!!! Cuando el Avisposo salio, Ros y yo sentimos un alivio!! Uff… todo bien!! Eso si! Le revisaron hasta los calzoncillos!! Se acuerdan de la comida de la gata?? Andrés andaba con ella en su maleta, ya se pueden imaginar que le preguntaron que por que traía consigo comida para gatos, a lo que Andrés le respondió, "la Señora dueña del hotel me lo encargo", al final no le quitaron nada y todo salio bien.

Kenia nos había dicho que al llegar a Cuba buscáramos los taxis con los números 8888888, pero al salir a buscar el taxi, nos dijeron que esos ya no existían, así que nos montaron en uno que decía 5558888. Armando se llamaba el taxista, y muy amablemente nos empezó a explicar la ciudad mientras la recorríamos. También nos advirtió de no comer en cualquier restaurante, aparentemente la higiene en los restaurantes es algo de lo que uno debe cuidarse, y nos recomendó ir al "Asturianito" un restaurante localizado frente al Capitolio, haciendo énfasis en que este era igual al de Washington. Al pasar por enfrente nos explico: "deben subir las escaleras hasta llegar al otro restaurante, y una vez adentro, encontraran otra escalera, suban y en el tercer piso encontraran el Asturianito (Paseo del Prado 560, Habana ubicado en la planta superior del edificio de Los Nardos, el restaurante "El Asturianito", con precios incluso más bajos que "Los Nardos")"

Armando se paso todo el trayecto conversando con nosotros, nos pregunto nuestros nombres, y nuestro signo del zodiaco… también nos pregunto por nuestro signo del zodiaco chino. Se sorprendió con la coincidencia que tenia conmigo "eres escorpión y tigre?? No te lo creo!!" La que no lo creía era yo! Y empezó a describirme ambos signos. Solo pensé, que este señor tenia que estar loco, aprendiéndose cada uno de los signos y describiendo cada uno de nuestras personalidades, como si hubiéramos estado en un consultorio astrológico o algo por el estilo, pero gratis!

Llegamos al Prado Colonial, Ros me dijo que le hubiera gustado filmarme la expresión de la cara que puse al ver donde habíamos llegado!! La verdad sea dicha, las fotos en Internet son muy diferentes a la realidad. No obstante el Prado Colonial tiene una magia única, como si uno llegara a casa de la tía que tenia tanto tiempo que no veía, una casona colonial ubicada en la Habana Vieja, muy céntrica de todo. Con unos techos enormes, el calor insoportable, nos acogieron con mucha alegría, el Tío nos enseño donde estaban las habitaciones, el bar, la cocina, etc. Dejamos todo en la habitación y decimos salir a cambiar dinero para irnos a comer.

Al llegar al Hotel Sevilla donde estaba la casa de cambio, nos encontramos con que los que atendían salían en ese momento a almorzar. Rogamos para que nos atendieran, pero fue como hablar con una pared. Nos miramos todos las cara como diciendo: "y ahora?" entonces fue donde escuchamos una musiquita de lo mas buena, en un patio español, y preguntamos a un señor que estaba ahí, como podíamos llegar hasta allá, "den la vuelta por la esquina, y encontraran la puerta" nos contesto. Al dar la vuelta a la cuadra, encontramos la entrada del Hotel Sevilla, en el fondo estaba el patio español, con un grupo de música tocando son, salsa, etc. Pedimos unas cervecitas "Cristal" muy buenas, y nos pusimos a bailar con los músicos. Estuvimos ahí por un buen rato, hasta que el hambre pudo más que las cervezas y nos fuimos a cambiar dinero para llegar caminando hasta el Asturianito.

Cuando llegamos al Asturianito, y después de subir los tres pisos (que parecían como si fueran 6 pisos, por que los techos son enormemente altos) llegamos con la lengua afuera, y el estomago ronrroneando como si fuéramos gatos. Nos sentaron en una mesa, el mantel no estaba muy limpio que digamos, pero los cubiertos y vasos estaban impecables. Pedimos la carta, junto con "Tu Cola", la coca cola cubana, que dicho sea de paso, es tan buena como la coca cola. Yo pedí un cordero, que estaba delicioso, Andrés pidió un asopao de camarones, y Ros pidió un pescado. La comida esta excelente y los precios magníficos, súper económicos, igual que el servicio.

Al salir de ahí, ya era de noche, me di cuenta que la Habana de noche es muy oscura, tanto así que es casi imposible tomar fotos de noche sin trípode además de que andar con trípode en un viaje es un poco tedioso, aunque me habían prestado uno, no lo utilice en todo el viaje. Caminamos por el parque, nos sentamos en unos de los bancos del parque por un rato para poder tomar algunas fotos, y seguimos nuestro camino por el Paseo del Prado hasta llegar al Hotel Sevilla, donde nos reunimos con los músicos que habíamos conocido esa misma tarde. Ellos nos habían invitado a ir una lugar donde se bailaba son, pero nosotros estábamos tan cansados, y después de esa hartura, que decidimos quedarnos en el Sevilla y tomarnos otra cervecita.